La Fluorita llamó la atención por sus colores vivos. Se conocen sellos sumerios elaborados con fluorita, y los romanos la utilizaron ampliamente en la elaboración de objetos decorativos.

Las virtudes medicinales de la fluorita son numerosas. De hecho, esta piedra se utiliza para tratar varias enfermedades en litoterapia. En primer lugar, es un remedio eficaz para las enfermedades óseas. Entre otras cosas, puede utilizarse para combatir la osteoporosis y para tratar problemas articulares. Con mucha frecuencia se la utiliza para fortalecer huesos y dientes.

En relación a las ondas electromagnéticas es mejor colocarla encima del ordenador o entre este y tú. Te ayuda a aumentar la destreza y, aún mejor, la autoconfianza, mejora la coordinación física y mental, te ayuda a actuar objetivamente y ser imparcial, ayuda en el aprendizaje organizando y procesando la organización a la vez que incrementa la concentración.

La Fluorita, fluoruro de calcio, es en principio una substancia incolora. Sin embargo, en la naturaleza, la fluorita presenta una gran variedad de colores. La más habitual es la violeta de distintos tonos, desde el rosado pálido a un violeta muy oscuro, que hace al ejemplar prácticamente opaco. También son comunes los tonos amarillos melados, azules, verdes y rosas. El origen del color de la fluorita se lleva discutiendo desde hace, al menos 200 años. Un factor que complica esta discusión es que en muchos casos, colores semejantes tienen orígenes diferentes. En general, el color de la fluorita está condicionado por su contenido en elementos del grupo de las tierras raras, combinado con el efecto de las radiaciones ionizantes y con la historia térmica de los ejemplares.